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6 nutrientes para rejuvenecer tu piel

Seguramente es en la piel donde la huella del paso de los años se refleja más. Pierde la capacidad de retener agua y las glándulas sebáceas segregan menos sebo. Esto reduce el manto ácido protector, por eso tiene tendencia a resecarse.

Además, al disminuir la producción de colágeno y elastina tiene menos elasticidad y firmeza. Se vuelve fina y aparecen arrugas.

Las pequeñas heridas también tardan más en curarse porque la piel no se regenera tan rápido, los vasos sanguíneos se vuelven más frágiles y la circulación se ralentiza.

ENEMIGOS DE LA PIEL

Pero la edad no es el único factor que interviene en el envejecimiento cutáneo. Una vida sedentaria, el estrés, la contaminación, la exposición excesiva al sol, el tabaco, el alcohol y una alimentación inadecuada influyen, y mucho.

Todos estos factores son productores de radicales libres, moléculas que se oxidan y lesionan las células. El resultado es que el tejido cutáneo se deteriora.

Afortunadamente, puedes ralentizar este proceso controlando los factores que la dañan y dándole los cuidados que necesita, entre ellos una alimentación que la proteja y fortalezca. Te contamos las soluciones a cada problema específico:

¿Tu rostro está apagado?

La razón: Acumulación de toxinas.

La piel participa en la depuración del cuerpo: a través del sudor expulsa sustancias de desecho que circulan por la sangre. Si se acumulan muchas toxinas en la sangre, la capacidad excretora de la piel puede verse superada.

Esto se refleja en un tono más apagado y sin brillo, puntos negros y otras impurezas.

  • El mal funcionamiento del hígado o de los riñones, el estreñimiento o una alimentación poco sana, son algunos de los motivos que pueden llevar a esta situación.
  • Para que esto no te ocurra, debes favorecer los procesos depurativos de tu cuerpo. Evita el exceso de calorías, azúcares y grasas saturadas. Y estimula la producción de orina tomando más agua, frutas y verduras (son diuréticas).
  • También es básico evitar el estreñimiento. Además, de beber agua, toma unos 25 g de fibra al día.

¿Aparentas más años?

La razón: Envejecimiento prematuro.

Una dieta rica en antioxidantes te protege del envejecimiento prematuro de la piel e incluso mejora su aspecto.

  • Escudos antiedad: Entre los compuestos antioxidantes que puedes obtener a través de la dieta destacan el betacaroteno, la vitamina C y la vitamina E y minerales como el selenio o el zinc. Asegúrate de que los incluyes tomando 5 raciones diarias de frutas y verduras y 25 g de frutos secos.
  • Más aliados: También te conviene usar entre dos y tres cucharadas de aceite de oliva virgen. Los cereales integrales y las legumbres también contienen antioxidantes, aunque en menor medida.
  • Elixires de juventud: El licopeno de la sandía o el tomate, las catequinas del té verde, el ácido elágico de la granada o las antocianinas de los frutos rojos son potentes antioxidantes.

¿Notas la piel reseca y tirante?

La razón: Falta de hidratación.

La escasez de líquidos se descubre rápidamente en el cutis porque se reseca, pierde flexibilidad y tienes sensación de tirantez. Por ello, una buena hidratación es vital para evitar la sequedad cutánea.

¿Y cómo hidratar la piel desde el interior?

  • Consumiendo más líquidos. Toma 8 vasos de agua al día (es decir, 2 litros).
  • Come alimentos ricos en agua: verduras (pepino, lechugas, rábano, calabaza) y ciertas frutas (melón, cítricos, sandía, ciruelas…).
  • Si te cuesta beber los 2 litros recomendados, añade al agua un chorro de limón o unas rodajas de naranja para darle un sabor más apetecible. Las sopas, los zumos naturales y las infusiones son otras formas de tomar líquidos.
  • Y toma aguacate, al menos una vez por semana: contiene grasas saludables que mantienen la piel flexible.

¿Tienes el cutis áspero?

La razón: Falta de regeneración celular.

Las células de la piel se están renovando de forma continua. Pero para ello se necesita un aporte constante de ciertos nutrientes. Si faltan, este órgano se resiente y lo refleja empeorando su aspecto.

  • La vitamina A o el betacaroteno participan activamente en el proceso de renovación celular y si hay carencia el cutis se vuelve seco y áspero. Para que no te falte, toma a diario alguna hortaliza o fruta de color amarillo o anaranjado (zanahorias, calabaza, mango,melocotón…) y verduras de hoja verde (espinacas, acelgas), pues son los alimentos que mayor cantidad contienen.
  • Las vitaminas del grupo B tampoco te pueden faltar para que la piel se regenere correctamente y no pierda textura. Las mejores fuentes son las carnes, los vegetales de hoja verde, los huevos, las legumbres, los cereales integrales, los lácteos y los frutos secos. La levadura de cerveza es muy rica en vitaminas del grupo B. Toma una cucharada al día en ensaladas, yogures…
  • Los ácidos grasos Omega 3 forman parte de la estructura de las membranas celulares, por lo que son esenciales para que las células se regeneren correctamente. Toma cuatro raciones de pescado a la semana (dos de azul) y un puñado de nueces cada día.

¿Te salen arrugas?

La razón: Poca elasticidad.

Las proteínas son el principal componente de la elastina y el colágeno. La vitamina C también es necesaria para la producción de este último. Si faltan se acelerará la aparición de arrugas.

  • Incluye en cada una de las tres comidas principales una ración de un alimento rico en proteínas como carnes (siempre magras), pescados y huevos. También son buenas fuentes legumbres, cereales y frutos secos.
  • Toma 90 mg de vitamina C cada día. Lo logras con una pieza de fruta o un zumo para desayunar, una ensalada para comer y otras frutas en el postre o tentempiés. Las principales fuentes son verduras y frutas frescas.

¿Notas el óvalo caído?

La razón: Tienes flacidez.

El exceso de azúcares daña al colágeno provocando que la piel pierda su flexibilidad.

  • Por lo tanto, si quieres preservar la firmeza de tu piel por más tiempo, te conviene restringir los azúcares simples y las harinas refinadas de tu dieta.
  • La lista es muy larga pero algunos de los más comunes son la bollería y la pastelería industrial, las galletas, los caramelos, los refrescos, los zumos envasados, etc.